Okay, not really. But sometimes it feels like it.
For most missionary kids, myself included, the single worst question anyone can ask us is "Where are you from?"
I'd rather have someone ask me my social security number. At least that answer never changes.
All my fellow MK's know what a challenge it is to be a 3rd-culture person - not fully from here, not fully from there, not really "from" anywhere (thus the Mars comment).
So for my MK friends, here's a little poem I'm sure you can relate to. (For everyone else, here's a tiny glimpse of our transient lives.) I hope it makes you smile. =)
Above all, may we each remember the truth of where we're from and where we're going!
The Dreaded Question
So, where are you from?
It’s a common question,
quite ordinary in fact.
But it’s one I always dread.
There’s the place I was born,
Which most people can’t pronounce,
“Papua New what?”
Who cares, it’s on the other side of the world.
There’s the town where my parents grew up,
So small it’s not on most maps,
“Conway—never heard of it.”
Then I won’t bother to expound.
There’s the state I used to visit every year,
But be careful who you tell -
“I’m from California.”
To them you might as well be from Mars.
There’s the country I loved,
Not known for its tourism,
“Colombia—as in drugs & guerillas?”
Sadly, that’s why we had to leave,
There’s the town where I attended college,
Deep in the South,
“Birmingham, of course, ya’ll.”
But I really didn’t get the accent.
There’s the state my family finally settled in,
Though we moved three times,
“Which Florida town was it again?”
Just pick one, I guess.
There’s the country I moved to after college,
Which felt more like home than most places,
“Hablas espanol?” Um, not very well.
I can’t really say I’m from Mexico.
Or, there’s the place I was created,
Where I belong, and I’m destined for,
“Your citizenship is in Heaven.”
Heaven is my true Home, that’s where I’m from.
-by Joanna K. Harris
Los hijos de misioneros son de Marte
Bueno, en realidad no. Pero a veces eso es lo que se siente.
Para la mayoría de los hijos de misioneros, incluyéndome, la peor pregunta que alguien nos puede hacer es “¿de dónde eres?”
Preferiría que me preguntaran mi número de identificación. Por lo menos esa respuesta nunca cambia.
Todos mis compañeros hijos de misioneros saben el desafío que representa ser una persona de una tercera cultura – no completamente de aquí, no del todo de allá, no realmente “de” ninguna parte (de ahí el comentario de Marte).
Así que para mis amigos hijos de misioneros, aquí hay un pequeño poema con el cual estoy segura que se pueden identificar. (Para todos los demás, éste es un pequeño vistazo de nuestras vidas pasajeras). Espero que les haga sonreír.
Sobre todo, recordemos cada uno la verdad de ¡de donde somos y para donde vamos!
La Temida Pregunta
Entonces, ¿de dónde eres?
Es una pregunta frecuente,
De hecho bastante frecuente.
Pero es una que siempre temo.
Está el lugar donde nací,
Que la mayoría de la gente no puede pronunciar,
“¿Papua Nueva qué?”
A quien le importa, es al otro lado del mundo.
Está el pueblo donde crecieron mis padres,
Tan pequeño que no figura en la mayoría de los mapas,
“Conway-nunca oí hablar de ése.”
Entonces no voy a molestarme en explicar.
Está el estado que acostumbraba visitar cada año,
Pero ten cuidado a quien le dices –“soy de California.”
Para ellos es lo mismo que si fueras de Marte.
Está el país que amé,
Conocido no por su turismo,
“¿Colombia, como en las drogas y la guerrillas?
Tristemente, fue por eso que tuvimos que salir.
Está la ciudad donde asistí a la universidad,
En lo profundo del sur,
“Birmingham, por supuesto, todos ustedes.”
Pero en realidad no obtuve el acento.
Está el estado en el que finalmente mi familia se estableció,
Aunque nos mudamos tres veces,
“Otra vez, ¿en cuál ciudad de la Florida fue?”
Simplemente escoja una, creo.
Está el país al que me mudé después de la universidad,
En el cual me sentí más en casa que en la mayoría de los lugares,
“¿Hablas español?” Ah, no muy bien.
Realmente no puedo decir que soy de México.
O, está el lugar donde fui creada,
A donde pertenezco y para el que estoy destinada,
“Tu ciudadanía está en el Cielo.”
El Cielo es mi hogar verdadero, de allá es de donde soy.
-Por Joanna K. Harris
1 comment:
I'm not even an MK, and I understand that. My children will probably understand even more.
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