May our Lord Jesus Christ Himself and God our Father, who loved us and by His grace gave us eternal encouragement and good hope, encourage your hearts and strengthen you in every good deed and word. -2 Thess. 2:16-17
I'm so thankful that my God continues to encourage me. What a kind and gracious Father He is!
This week the Lord encouraged me through something I wrote back in 2009. He reminded me of a precious truth I needed to hear again. No matter how I feel or what other people say, in Jesus my Lord - I am blessed!
I hope this encourages you today as well, for you too are blessed!
Blessed
Do you sometimes feel like other people are looking down on you because of your present circumstances? Do you ever wonder if the hardship you’re going through is your own fault? Do you think maybe you’re less “spiritual” than others who aren’t suffering?
I know what a burden these kinds of questions can be. At times I felt like others thought there must be something wrong with me, or God would have healed me long ago. I wondered if it was my own fault that I was still suffering. I sensed others implying that I needed to be “more spiritual” so God would finally end my trial. These pressures weighed me down again and again. Finally, I cried out to Jesus for help, relief, answers…something!
His reply was soft but powerful. “You are blessed!”
My suffering wasn’t my fault. It wasn’t because I was less spiritual than other people. It was because I was blessed! Psalm 65:4a says, Blessed are those you choose and bring near to live in your courts!
What better method does God have for drawing us near to Him than through suffering? It is through pain, hardships, and affliction that God draws us closer to His heart. We’re not being punished – we’re being invited! Granted, it’s not an enjoyable process, but the end result of closer fellowship with God is certainly worth it.
Of course, in some instances suffering is a direct result of sin, the natural consequences of disobeying God. Yet, even then, it is God’s grace that disciplines us so we will turn to Him once again.
Our fathers disciplined us for a little while as they thought best; but God disciplines us for our good, that we may share in His holiness. -Hebrews 12:10
God always wants to draw us closer to His loving heart. Whether our pain is from a past sin, or if we suffer because we’re doing right (as in persecution) or whether God allowed our pain for His own reasons – we can still see God’s blessing in it.
Blessed is the man you discipline, O LORD. (Ps. 94:12a)
But even if you should suffer for what is right, you are blessed. (1 Pet. 3:14a)
Blessed are all who take refuge in Him. (Ps. 2:12b)
Jesus has chosen us, not just to follow Him, but to love Him. He wants us to draw near and get to know Him, to experience His grace in every moment of life – especially the painful ones.
The next time you feel guilty or inferior or looked down on because of your suffering – stop! Remind yourself of the verses above. Rejoice that God has chosen you to be near to Him. It doesn’t matter what other people say, how they see you, or what they think. God has spoken. And His message is – “You are blessed!”
(from "Grace In Time Of Need")
Animado y Bendecido
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra. -2 Ts. 2:16-17
Estoy muy agradecida porque mi Dios continúa animándome. ¡Qué Padre tan amable y lleno de gracia es Él!
El Señor me animó esta semana a través de algo que escribí en 2009. Me recordó una verdad preciosa que necesitaba escuchar de nuevo. Sin importar como me siento o lo que otras personas dicen, en Jesús mi Señor - ¡Yo soy bendecida!
Confío en que hoy esto te anime también a ti, ¡porque tú también eres bendecido!
Bendecido
¿Sientes a veces como que otras personas te menosprecian debido a tus circunstancias actuales? ¿Nunca te preguntas si la dificultad por la que estás pasando es tu propia culpa? ¿Piensas que quizá eres menos “espiritual” que otros que no están sufriendo?
Yo sé la carga que puede ser este tipo de preguntas. A veces he sentido como que los otros piensan que tiene que haber algo malo en mí, o Dios me habría sanado hace tiempo. Me he preguntado si yo misma tendré la culpa de que todavía esté sufriendo. He sentido que otros señalaban que necesitaba ser “más espiritual”, así Dios terminaría por fin mi prueba. Estas presiones me agobiaban una y otra vez. Finalmente, clamé a Jesús por ayuda, alivio, respuestas… ¡algo!
Su respuesta fue suave pero poderosa. “¡Eres bendecida!”
Mi sufrimiento no era mi culpa. No era por ser menos espiritual que otras personas. ¡Era por ser bendecida! El Salmo 65:4a dice: ¡Dichoso aquel a quien tú escoges, al que atraes a ti para que viva en tus atrios!
¿Qué método mejor tiene Dios para acercarnos a Él que mediante el sufrimiento? Es a través del dolor, las dificultades y la aflicción que Dios nos acerca a Su corazón. No estamos siendo castigados - ¡estamos siendo invitados! Se concede que no es un proceso agradable, pero indudablemente vale la pena el resultado final de una comunión más cercana con Dios.
Por supuesto, en algunas ocasiones el sufrimiento es el resultado directo del pecado, las consecuencias naturales de desobedecer a Dios. Sin embargo, aun entonces, es la gracia de Dios la que nos disciplina para que nos volvamos a Él una vez más.
…nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. –He. 12:10
Dios siempre quiere acercarnos a Su amoroso corazón. Sea nuestro dolor por un pecado pasado o si sufrimos porque estamos haciendo lo correcto (como en la persecución) o porque Dios permitió nuestro dolor por Sus propias razones – todavía podemos ver la bendición de Dios en ello.
Dichoso aquel a quien tú, Señor, corriges. (Sa. 94:12a)
¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! (1P. 3:14a)
¡Dichosos los que en él buscan refugio! (Sa. 2:12b)
Jesús nos ha escogido, no sólo para seguirlo sino también para amarlo. Él quiere que nos acerquemos y lleguemos a conocerlo para experimentar Su gracia en cada momento de la vida – especialmente en los dolorosos.
La próxima vez que te sientas culpable, inferior o menospreciado por causa de tu sufrimiento -¡Detente! Recuerda los versículos mencionados antes. Regocíjate porque Dios te ha escogido para estar cerca de Él. No importa lo que otras personas digan, como te ven o lo que piensan. Dios ha hablado. Y su mensaje es – “¡Eres bendecido!”
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