Life has been full of challenges lately. But God keeps reminding me of the important truths I need.
Yes, we often feel the painful effects of living in a fallen world. Yes, we are in a spiritual battle. Yes, sin has consequences. Yes, sometimes life is just hard.
But...we are not alone. We have purpose in our pain. We have all we need in our gracious Savior. And we are on the winning side!
To all of you who have given prayers, encouragement, love and support to me and my family, THANK YOU! We couldn't walk this journey without you. And we hope we can be a blessing to you in your journey as well.
Here's a poem I wrote several years ago when I was in the midst of a fiery trial. It's still true today.
Thankful for you,
-Joanna
Hold My Arms
The sun beat down
glinting off armor and sharpened spears.
Two armies clashed.
High on a hill, Moses stood with arms upraised.
The Israelites were winning!
But Moses grew tired and lowered his arms.
The battle turned.
Only with his arms raised to heaven
could the fight be won.
“Hold my arms!” he cried, “Hold my arms!
The victory must be ours!”
Aaron and Hur jumped to his side.
They held his arms steady as the day grew long.
With the setting sun, the Israelites won.
In the dark of night
the battle rages, fierce yet unseen.
Good and evil clash,
contending for the souls of men.
On the earth below I stand with arms upraised
praying “Lord – help, deliver, save
those lost in sin, despair, and pain.”
But my spirit grows weary, my body is frail.
I cannot fight this battle alone.
“Hold my arms!” I cry, “Hold my arms!
The victory must be ours!”
You rush to my side and give strength to my prayers.
With arms raised to heaven we stand, though the day is long.
When the Son returns, we will see the victory!
(by Joanna K. Harris)
But thanks be to God! He gives us the victory through our Lord Jesus Christ. -1 Corinthians 15:57
¡Gracias!
La vida ha estado llena de desafíos últimamente. Pero Dios sigue recordándome las verdades importantes que necesito recordar.
Sí, con frecuencia sentimos los penosos efectos de vivir en un mundo caído. Sí, estamos en una batalla espiritual. Sí, el pecado tiene consecuencias. Sí, a veces la vida es sencillamente difícil.
Pero… no estamos solos. Tenemos propósito en nuestro dolor. Tenemos todo lo que necesitamos en nuestro bondadoso Salvador. ¡Y estamos en el lado ganador!
A todos ustedes que han orado, nos han dado palabras de ánimo, amor y apoyo a mí y a mi familia, ¡GRACIAS! No podríamos ir en este viaje sin ustedes. Y confiamos en ser una bendición en su viaje también.
Aquí hay un poema que escribí hace varios años cuando estaba en medio de una prueba de fuego. Todavía es verdad hoy día.
Agradecida por ustedes,
-Joanna
Sostengan Mis Brazos
El sol golpeaba duro
reflejándose en armaduras y afiladas lanzas.
Dos ejércitos chocaron.
En lo alto de una colina, Moisés estaba de pie con los brazos levantados.
¡Los israelitas estaban ganando!
Pero Moisés se cansó y bajó sus brazos.
La batalla se volvió en su contra.
Solamente con sus brazos levantados hacia el cielo
se podía ganar la batalla.
“¡Sostengan mis brazos!” Exclamó, “¡Sostengan mis brazos!
¡La victoria debe ser nuestra!”
Aarón y Hur saltaron a su lado.
Sostuvieron sus brazos firmes a medida que el día avanzaba.
A la puesta del sol, los israelitas ganaron.
En la oscuridad de la noche
la batalla ruge, feroz como nunca se ha visto.
la batalla ruge, feroz como nunca se ha visto.
El bien y el mal chocan,
contendiendo por las almas de los hombres.
Abajo en la tierra estoy yo con los brazos levantados
orando "Señor - ayuda, libera, salva
a aquellos perdidos en el pecado, la desesperación y el dolor."
Pero mi espíritu se debilita, mi cuerpo es frágil.
No puedo pelear esta batalla sola.
"¡Sostengan mis brazos!", clamo, "¡Sostengan mis brazos!
contendiendo por las almas de los hombres.
Abajo en la tierra estoy yo con los brazos levantados
orando "Señor - ayuda, libera, salva
a aquellos perdidos en el pecado, la desesperación y el dolor."
Pero mi espíritu se debilita, mi cuerpo es frágil.
No puedo pelear esta batalla sola.
"¡Sostengan mis brazos!", clamo, "¡Sostengan mis brazos!
¡La victoria debe ser nuestra!”
Tú corres a mi lado y das fortaleza a mis oraciones.
Aguantamos con los brazos levantados hacia el cielo, aunque el día es largo.
Cuando el Hijo regrese, ¡veremos la victoria!
(por Joanna K. Harris)
Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. -1Co. 15:57
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