Growing up I often heard the saying, "You can't judge a book by its cover." I think with books this is sometimes true, sometimes not. I could list several books which I could tell by the cover would not be worth reading. But other books were nothing like I expected from the cover.
I think with people, this saying is also true. We shouldn't judge someone by their outward appearance. However, I think there's more to it than that. I think we should remember that whatever "cover" a person has, there is always a story behind it.
For instance,
- the sweet old lady who always smiles at you at church...may have been a pioneer missionary who gave birth to triplets in the jungle, then painfully watched as one by one they went to be with Jesus.
- the coworker who does his job faithfully and cheerfully...may have been held hostage by communist guerrillas in a foreign country.
- the neighbor lady who always smiles and nods as she passes your house walking her dog...may have survived two abusive marriages and still lives with the painful repercussions.
- the young man with the long hair and faded clothes, riding his bike down the street as you drive past...may be temporarily homeless because of mold illness and chemical sensitivity, just trying to survive day to day.
Believe it or not, these examples are based on true stories of people I know. But if I only looked at their outside and walked on by, I'd never know the stories they carried.
I know what it's like to feel overlooked and dismissed because of my appearance. And I know I'm not the only one. Recently God has been opening my eyes to see that each person has a story, no matter what "cover" they show on the outside.
What if we took the time to stop once in a while and ask someone for their story?
We might hear a great testimony of the faithfulness of God and be richly blessed.
We might hear a heartbreaking tale of suffering and be a blessing simply by listening.
We might make a new friend, discover things in common, or find a true kindred spirit.
Every person is valuable to God. Every one of us has a story. I believe we are blessed as we continually give and receive the stories God is writing in our lives.
I'm praying God will help me know when to stop and listen to the story behind the "cover." What about you?
Each of you should look not only to your own interests, but also to the interests of others. -Philippians 2:4
La Historia Detrás de la Cubierta
Crecí escuchando con frecuencia el refrán, “No puedes juzgar un libro por su cubierta.” Pienso que con los libros esto a veces es verdad, a veces no. Puedo enumerar varios libros de los cuales podría decir por la cubierta que no vale la pena leerlos. Pero otros no eran lo que yo esperaba después de ver la cubierta.
Pienso que este refrán también es cierto con las personas. No deberíamos juzgar a alguien por su apariencia externa. Sin embargo, creo que hay más en esto. Creo que debemos recordar que cualquier “cubierta” que tenga una persona, siempre hay una historia detrás de ésa.
Por ejemplo,
- la dulce abuelita que siempre te sonríe en la iglesia… puede haber sido una misionera pionera que dio a luz a trillizos en la selva y luego, dolorosamente, vio como uno por uno se fueron para estar con Jesús.
- el compañero de equipo que hace su trabajo fiel y alegremente… puede haber estado secuestrado por guerrillas comunistas en un país extranjero.
- la vecina que siempre sonríe e inclina la cabeza al pasar por tu casa paseando su perro… puede haber sobrevivido dos matrimonios abusivos y todavía vivir con las penosas repercusiones.
- el joven con el cabello largo y ropa descolorida, montando en su bicicleta por la calle cuando lo adelantas manejando… puede estar temporalmente sin hogar debido a una enfermedad provocada por el moho y sensibilidad a los químicos, sencillamente tratando de sobrevivir día a día.
Aunque no lo creas, estos ejemplos son basados en historias verdaderas de personas a quienes conozco. Pero si solamente mirara su exterior y siguiera de largo, nunca conocería las historias que llevan.
Sé lo que es sentir que te miran por encima del hombro y que te rechacen por causa de tu apariencia. Y sé que no soy la única. Últimamente Dios ha estado abriendo mis ojos para ver que cada persona tiene una historia, no importa que “cubierta” muestren en su exterior.
¿Qué tal si tomáramos el tiempo para detenernos de vez en cuando y preguntar a alguien por su historia?
Puede que escuchemos un gran testimonio de la fidelidad de Dios y ser bendecidos ricamente.
Puede que escuchemos una historia desgarradora de sufrimiento y ser de bendición sencillamente por escuchar.
Puede que hagamos un nuevo amigo, descubramos cosas en común o encontrar un verdadero espíritu afín.
Cada persona es valiosa para Dios. Cada uno de nosotros tiene una historia. Creo que somos bendecidos si continuamente damos y recibimos las historias que Dios está escribiendo en nuestras vidas.
Estoy pidiendo a Dios que me ayude a saber cuando detenerme y escuchar la historia detrás de la “cubierta.” ¿Qué de ti?
no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. –Fi. 2:4
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