Recently a friend told me about a minimalist project she was doing. She was going through everything she owned and downsizing drastically. Though I don't think of myself as having a lot of stuff, she inspired me to go through what I do have.
In the process of sorting and deciding what to keep or get rid of, I realized something: Things do have a purpose.
The things in our life can serve a positive purpose or a negative purpose.
A positive purpose is when things are useful for helping us or others, when they add beauty to our lives and uplift out spirits, when they challenge us to grow, when they remind us of goodness, truth, and love.
So yes, I still have a stack of cards and letters from a decade ago, because when I read them they encourage me again. And I'm keeping the little poster I bought during college, because it has a favorite verse on it that strengthens me.
These and other things I've identified as having a positive purpose in my life.
On the other hand, things can have a negative purpose if they pull us down, slow us down, or weigh us down. Often this depends on the context of the thing. Sometimes we hold onto things we don't need anymore. Or we keep things that pull us toward the world instead of to Jesus.
I've gotten rid of movies, books and other media that I felt weren't uplifting to my soul. I've scaled down on things I used to "collect." And even though, I'm pretty sentimental, I'm learning I don't need to keep every item that reminds me of a happy memory. :) Sometimes the memory is enough and I can let go of the thing.
This process of deciding what to keep and what to let go of hasn't been easy. I've been praying a lot for the Lord to guide me. He knows what I need to hold onto and what I need to lay aside in order to run well in this race He's marked out for me.
“Therefore, since we are surrounded by such a great cloud of witnesses, let us throw off everything that hinders and the sin that so easily entangles. And let us run with perseverance the race marked out for us,” -Hebrews 12:1
I want to be intentional about the things I have in my life. I want them to add to my life, to be useful, to bless others.... Because when Jesus calls my name and I leave this earth, no thing here is going with me.
Lord teach us the purpose of things - to recognize the good gifts you give, the tools you provide, and the weights we need to cast aside...so we can run our race well and finish strong. Amen.
El Propósito de Las Cosas
Hace poco una amiga me contó acerca de un proyecto minimalista que está adelantando. Estaba revisando todo lo que posee y reduciéndolo drásticamente. Aunque no me veo como alguien que tiene muchas cosas, me inspiró para revisar lo que sí tengo.
En el proceso de clasificar y decidir qué guardar y qué botar, me di cuenta de algo: Las cosas tienen un propósito.
Las cosas en nuestra vida pueden servir a un propósito positivo o a uno negativo.
Un propósito positivo es cuando las cosas son útiles para ayudarnos o ayudar a otros, cuando agregan belleza a nuestras vidas y edifican nuestros espíritus, cuando nos desafían a crecer, cuando nos recuerdan la bondad, la verdad y el amor.
Así que sí, todavía tengo un montón de tarjetas y cartas de hace una década, porque cuando las leo me animan de nuevo. Y sigo guardando el pequeño afiche que compré cuando estaba en la universidad, porque tiene un versículo favorito que me fortalece.
He identificado que estas y otras cosas tienen un propósito positivo en mi vida.
De otra parte, las cosas pueden tener un propósito negativo si nos frenan o nos abruman. Con frecuencia esto depende del contexto. A veces nos aferramos a cosas que ya no necesitamos. O guardamos cosas que nos jalan hacia el mundo en lugar de hacia Jesús.
He salido de películas, libros y otros medios que sentí que no eran edificantes para mi alma. He limitado cosas que acostumbraba “recoger.” Y aunque soy bastante sentimental, estoy aprendiendo que no necesito guardar cada elemento que me trae un recuerdo feliz. :) A veces la memoria es suficiente y puedo soltar las cosas.
Este proceso de decidir qué guardar y de qué librarme no ha sido fácil. He estado orando mucho para que el Señor me guíe. Él sabe qué debo conservar y qué necesito desechar para correr bien esta carrera que ha trazado para mí.
“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante,” -He. 12:1
Quiero ser intencional en lo que se refiere a las cosas que tengo en mi vida. Quiero que le agreguen a mi vida, ser útil, bendecir a otros… Porque cuando Jesús pronuncie mi nombre y yo deje esta tierra, nada aquí irá conmigo.
Señor, enséñanos el propósito de las cosas – a reconocer los buenos regalos que tú das, las herramientas que provees y las cargas que necesitamos desechar … para que podamos correr nuestra carrera y terminar fuerte. Amén.
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