Good news - I've been busy working on finishing my next book, and it's coming soon! It's a follow up to my first book (Grace In Time Of Need) This new book is 52 devotions of encouragement for difficult seasons. My goal and prayer is to have it available in time for Christmas!
I sure appreciate your prayers for me, my mom and my publisher as we do the final editing, proof-reading, formatting, etc. There are always a lot of details to take care of toward the end of a project. I'm excited to see it nearing completion! Please pray that God will guide in every detail and that He will use this book to strengthen, encourage and bless many hearts! Thank you so much!
Here's a little preview for you of one of the chapters. Enjoy! =)
Crazy Hope
Picture this: A dark sky. A dusty hill. A small crowd of people, huddled, muttering, watching. Watching three men hanging on wooden crosses. Criminals being executed by ruthless Roman soldiers. It’s a gruesome sight.
Now pause, and listen. Listen to the conversation of the three dying men, no doubt spoken brokenly in between groans of agony and gasps for air.
Criminal 1 – “Hey you! Aren’t you the Messiah? Save yourself and us!”
Criminal 2 – “Quiet. Don’t you fear God? You and I are punished justly. We’re getting what our deeds deserve. But this man has done nothing wrong.
Jesus, remember me when you come into your kingdom.”
Jesus – “Truly I tell you, today you will be with me in paradise.”
(from Luke 23)
I don’t know about you, but this strikes me as a very strange conversation for such a situation.
The first criminal was desperately grasping for some kind of reprieve, but there’s clearly no hope in his words, only anger and fear.
The second criminal at first appears to have clear thinking. He knew he had done wrong and that he deserved such an awful punishment. But then he turned to Jesus with an odd request. “Remember me….”
Remember? These men are about to breathe their last breaths. How can Jesus remember him once they’re both dead?
“Remember me when you come into your kingdom.” What kind of crazy talk is that? A dying man has no kingdom.
But Jesus’ response is even more strange. “Today you will be with me in paradise.” Today? The clock is running out. Today will be the last day. And hanging on a cross certainly isn’t paradise.
Can you imagine how insane this conversation must have sounded to the huddled crowd of onlookers? I can see them shaking their heads. Muttering how the loss of blood must have made the men delirious. Never before had they heard such a ridiculous conversation at an execution.
But was it ridiculous? Crazy maybe. But not ridiculous. Yes, it was crazy for the criminal to ask Jesus to remember him. It was crazy hope.
The kind of hope that sees past this earth and this life.
The kind of hope that knew death was not the end.
The kind of hope that believed that in spite of all his horrible sin, he could still ask Jesus for mercy.
The kind of hope that was convinced Jesus would not stay dead, that He would indeed inherit His kingdom and rule over all.
The kind of hope that reached out for impossible grace and love from an Almighty God.
That’s crazy all right.
Jesus’ reply was also crazy. He told the dying criminal that indeed death was not the end. After death there would be new life for both of them. And that in spite of the man’s sinful actions in his life, his one moment of faith and crazy hope would result in spending eternity with Jesus in paradise.
It doesn’t make sense, does it? Praise God that it doesn’t! Praise God that we can have this crazy hope – this knowledge that death is not the end! That Jesus came and died in our place, purposefully, so we could be forgiven of all our sin and spend eternity with Him. We, like the criminal on the cross, deserve punishment. But we, like him, have received magnificent mercy and grace.
I’m so thankful Luke recorded this conversation. I imagine that most of the onlookers scoffed and dismissed these words as the ravings of crazy, dying men. But instead these words have given life and crazy hope to generations of people who recognize the truth and power they hold!
“God made Him who had no sin to be sin for us, so that in Him we might become the righteousness of God.” –2 Corinthians 5:21
¡Nuevo libro pronto!
Buenas noticias – He estado ocupada trabajando en terminar mi próximo libro y ¡viene pronto! Es continuación del primero. (Gracia en Tiempo de Necesidad) Este nuevo libro contiene 52 devocionales de ánimo para épocas difíciles. Mi propósito y oración es tenerlo disponible a tiempo ¡para navidad!
Con seguridad aprecio sus oraciones por mí, mi mamá y mi editor mientras hacemos la edición, pruebas de corrección y formateo finales. Siempre hay muchos detalles para tomar en cuenta para el final de un proyecto. ¡Estoy animada de ver que está casi completo! Por favor oren que Dios guíe en cada detalle y que use este libro para fortalecer, animar y ¡bendecir muchos corazones! ¡Muchas gracias!
Aquí tienen un pequeño avance de uno de los capítulos. ¡Disfrútenlo!
Esperanza Loca
Imagina esto: un cielo oscuro. Un monte polvoriento. Un pequeño grupo de gente, confusión, murmullo, observar. Observar tres hombres colgando en cruces de madera. Criminales siendo ejecutados por implacables soldados romanos. Es una visión espantosa.
Ahora haz una pausa y escucha. Escucha la conversación de los tres hombres agonizantes, sin duda hablando entre gemidos de agonía y jadeando por aire.
Criminal 1 –“¡Oye tú! ¿No eres el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!”
Criminal 2 – “Silencio. ¿No temes a Dios? Tú y yo hemos sido castigados justamente. Estamos recibiendo lo que nuestros hechos merecen. Pero este hombre no ha hecho nada malo.
Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.”
Jesús – “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”
(de Lucas 23)
No sé de ti, pero esto me impacta como una conversación muy extraña para semejante situación.
El primer criminal estaba buscando desesperadamente alguna clase de indulto, pero claramente no hay esperanza en sus palabras, solamente enojo y temor.
El segundo criminal parece, en principio, estar pensando claramente. Sabía que había hecho mal y que merecía tan horrible castigo. Pero luego se volvió a Jesús con una petición extraña. “Acuérdate de mí…”
¿Recuerdas? Estos hombres estaban por respirar sus últimos alientos. ¿Cómo puede Jesús recordarlo una vez que ambos estuvieran muertos?
“Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.” ¿Qué clase de charla loca es ésa? Un hombre moribundo no tiene ningún reino.
Pero la respuesta de Jesús es aún más extraña. “Hoy estarás conmigo en el paraíso.” ¿Hoy? El tiempo se está acabando. Hoy será el último día. Y colgar sobre una cruz ciertamente no es el paraíso.
¿Puedes imaginarte lo insana que esta conversación debe haber sonado a la multitud de espectadores? Puedo verlos moviendo sus cabezas. Murmurando cómo la pérdida de sangre debe haber hecho delirar a los hombres. Nunca antes habían escuchado una conversación tan ridícula en una ejecución.
Pero ¿fue ridícula? Loca quizá. Pero no ridícula. Sí, fue loco para el criminal pedirle a Jesús que se acordara de él. Fue esperanza loca.
La clase de esperanza que ve más allá de esta tierra y esta vida.
La clase de esperanza que sabía que la muerte no era el final.
La clase de esperanza que creyó que a pesar de todo su horrible pecado, todavía podía pedir misericordia a Jesús.
La clase de esperanza que estaba convencida que Jesús no permanecería muerto, que de seguro heredaría Su reino y gobernaría sobre todo.
La clase de esperanza que alcanza la gracia imposible y el amor de un Dios Todopoderoso.
Eso es loco, de acuerdo.
La respuesta de Jesús también fue loca. Le dijo al moribundo criminal que por supuesto la muerte no era el final. Después de la muerte habría una nueva vida para ambos. Y eso a pesar de las acciones pecaminosas en la vida del hombre, su único momento de fe y esperanza loca resultaría en pasar la eternidad con Jesús en el paraíso.
No tiene sentido, ¿cierto? ¡Alabado sea Dios porque es así! ¡Alabado sea Dios que podemos tener esta esperanza loca - ¡este conocimiento de que la muerte no es el final! Que Jesús vino y murió en nuestro lugar, a propósito, para que pudiéramos así ser perdonados por todos nuestros pecados y pasar la eternidad con Él. Nosotros, como el criminal en la cruz, merecemos castigo. Pero, como él, hemos recibido misericordia y gracia magníficas.
Estoy muy agradecida de que Lucas registró esta conversación. Imagino que la mayoría de los espectadores se burlaba y despreciaba estas palabras como desvaríos de hombres locos, agonizantes. Pero en lugar de eso estas palabras ¡han dado vida y una esperanza loca a generaciones de personas que reconocen la verdad y el poder que tienen!
“Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.” -2 Co. 5:21
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