I enjoyed a wonderful visit in Scotland this summer! In that part of the world, the weather is very different from Florida in the summer. It's cooler there and rains a lot, and it's more often cloudy than sunny. We did have some nice sunny days, but other days it was so cloudy we didn't see the sun at all.
While I was there, God also worked it out for me to go to Northern Ireland for a week, which was a sweet blessing! I took a short flight from Scotland to Northern Ireland. As the plane climbed into the sky, we flew through a thick cloud bank. Suddenly we came out on top of the clouds, and the sun was blazing brilliantly in the sky!
It was like I suddenly remembered that the sun did still exist, even though I hadn't seen it in a while. There it was shining brightly over the top of that cloud bank. The sun had never left or wavered or faltered. I just hadn't been able to see it through the clouds.
The fact is that the sun doesn't move or change. The earth moves, and clouds can come and block our view, but the sun is always shining its light.
I think we often forget this truth because we say things like, "I wish the sun would come out" or "The sun disappeared behind a cloud." In reality, the sun didn't hide or move. But we often speak words based on the perception of what we see or feel, not on the greater unseen reality.
We can do the same with God, can't we? He is always there, unchanging. Jesus is always present, shining His light in our lives. But sometimes we can't see Him because of stormy circumstances or a dark night of the soul. We may say things like, "Where is God now?" or "I wish God would show up in my life." But the unseen reality is that He is ever-present, always glorious.
Maybe sometimes we just need a little flight of faith to lift us above the cloud banks, where we can see His light blazing so brightly that we pause in awe. Where we remember that He is present. He is beautiful. And He is active in our lives.
Maybe we need to speak words that reflect the unseen reality of who Jesus is, instead of how we feel in the moment.
He has never left us.
His love for us endures through every storm.
His faithfulness never fails.
His mercies are new every morning.
He is eternally good.
I'm thankful God has given us His Word, our source of truth and the fuel of our faith. And I'm thankful God speaks to us through His creation, reminding us of eternal realities that are sure and steady, even though unseen.
"Though you have not seen Him (Jesus), you love Him; and even though you do not see Him now, you believe in Him and are filled with an inexpressible and glorious joy, for you are receiving the end result of your faith, the salvation of your souls." -1 Peter 1:8-9
Realidad Invisible
¡Disfruté una maravillosa visita en Escocia este verano! En esa parte del mundo el clima es muy diferente al de Florida en el verano. Es más fresco allá y llueve mucho, y es nublado con más frecuencia que soleado.
Mientras estaba allí, Dios obró para que fuera también a Irlanda del norte por una semana, ¡lo que fue una dulce bendición! Tomé un corto vuelo de Escocia a Irlanda del norte. A medida que el avión subía al cielo, volamos a través de un banco espeso de nubes. Repentinamente salimos sobre las nubes ¡y el sol estaba brillando ardientemente en el cielo!
Fue como si repentinamente recordara que el sol sí existe, aunque no lo había visto por un rato. Estaba allí brillando sobre ese banco de nubes. El sol nunca se fue, vaciló o flaqueó. Sencillamente yo no podía verlo a través de las nubes.
El hecho es que el sol no se mueve o cambia. La tierra se mueve y las nubes pueden venir y bloquear nuestra vista, pero el sol siempre está mostrando su luz.
Creo que con frecuencia olvidamos esta verdad porque decimos cosas como: “Desearía que el sol saliera” o “El sol desapareció detrás de una nube.” En realidad, el sol no se escondió ni se movió. Pero con frecuencia decimos palabras basados en la percepción de lo que vemos o sentimos, no en la realidad invisible más grande.
Podemos hacer lo mismo con Dios, ¿no es cierto? Él siempre está ahí, invariable. Jesús siempre está presente, alumbrando nuestras vidas con Su luz. Pero a veces no lo podemos ver debido a circunstancias tempestuosas o una negra noche del alma. Podemos decir cosas como: “¿dónde está Dios ahora?” o “me gustaría que Dios se apareciera en mi vida.” Pero la realidad invisible es que Él siempre está presente, siempre glorioso.
Tal vez a veces sencillamente necesitamos un pequeño vuelo de fe para levantarnos sobre los bancos de nubes, donde podemos ver Su luz tan resplandeciente que nos detenemos maravillados, donde recordamos que Él está presente. Es hermoso. Y está activo en nuestras vidas.
Quizá necesitamos decir palabras que reflejen la realidad invisible de quién es Jesús, en lugar de cómo nos sentimos en el momento.
Él nunca nos ha dejado.
Su amor por nosotros perdura en cada tormenta.
Su fidelidad nunca falla.
Sus misericordias son nuevas cada mañana.
Él es eternamente bueno.
Estoy agradecida que Dios nos ha dado Su Palabra, nuestra fuente de verdad y el combustible de nuestra fe. Y estoy agradecida que Dios nos habla a través de Su creación, recordándonos realidades eternas que son seguras y firmes, aunque invisibles.
“a quien amáis sin haberle visto (Jesús), en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” -1P. 1:8-9
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