Pages

Wednesday, December 23, 2020

Good News (Buenas Nuevas)

The other day my cell phone beeped that I had a text message, and my first thought was, “Oh no, I wonder what the bad news is….” 

Then I stopped and thought about how sad it was that my first expectation was that there would be more bad news. When I finally got the courage to look at the text message, it was actually good news! And I clearly needed some good news that day. 

Have you felt like that as well? It sure has been a crazy, difficult year. Maybe you’ve heard so much bad news this year that you’ve started expecting it. 

As I was reading in Luke this week, verse 10 really hit me: 

“But the angel said to them, ‘Do not be afraid. I bring you good news that will cause great joy for all the people.’” 

I imagine that the Jews of that time lived expecting bad news. They were under Roman oppression. They didn’t have the rights and security that we take for granted today. I wonder if any of them lived expecting good news….

I love that God’s first message to the shepherds was “Do not be afraid.” I know I need to hear that message right now too. 

Don’t be afraid of the unknowns. 

Don’t be afraid of the needs. 

Don’t be afraid of the challenges. 

Don’t be afraid of the enemy.

Don’t be afraid of bad news. 

 

“Surely the righteous will never be shaken…They will have no fear of bad news; their hearts are steadfast, trusting in the LORD.” –Psalm 112:6-7


Next the angel said, “I bring you good news” – GOOD NEWS! How long had it been since the Jews had heard good news? How hungry do you think their souls were for good news? 


“Like cold water to a weary soul is good news from a distant land.” –Proverbs 25:25

 

What was the good news the angel brought? 

 

“Today in the town of David a Savior has been born to you; he is the Messiah, the Lord.” –Luke 2:11

 

As I read these familiar verses with fresh eyes, I realized that because of that first Christmas, you and I have the blessing of living with good news every day of our lives. Jesus is our good news! 

 

Every day Jesus is with us – Emmanuel. 

Every day Jesus is taking care of us – Shepherd.

Every day Jesus is interceding for us – High Priest.

Every day Jesus is singing over us – Creator. 

Every day Jesus is loving us – Savior. 

 

I can’t think of any news better than that! 

 

This Christmas, I pray we’ll remind ourselves and each other of the good news of Jesus, our Savior.

 

“Suddenly a great company of the heavenly host appeared with the angel, praising God and saying, ‘Glory to God in the highest heaven, and on earth, peace to those on whom his favor rests.’” –Luke 2:13-14

 

Glory, peace, and favor to you this Christmas dear friends.



Buenas Nuevas 

 

El otro día, mi celular sonó diciendo que tenía un mensaje de texto, y mi primer pensamiento fue: "Oh no, me pregunto cuál será la mala noticia..." 

 

Luego me detuve y pensé en lo triste que era que mi primera expectativa fuese que hubiera más malas noticias. Cuando finalmente tuve el valor de mirar el mensaje de texto, ¡en realidad eran buenas noticias! Y claramente las necesitaba ese día. 

 

¿También te has sentido así? Seguro que ha sido un año loco y difícil. Tal vez has escuchado tantas malas noticias este año que comenzaste a esperarlas. 

 

Mientras leía en Lucas esta semana, el versículo 10 del capítulo 2 realmente me impactó. 

 

“Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:” 

 

Me imagino que los judíos de esa época vivían esperando malas noticias. Estaban bajo la opresión romana. No tenían los derechos y la seguridad que damos por sentado hoy. Me pregunto si alguno de ellos vivió esperando buenas noticias…. 


Me encanta que el primer mensaje de Dios a los pastores fue "No temáis." Sé que también necesito escuchar ese mensaje ahora mismo. 

No temas por las incógnitas. 

No temas por las necesidades. 

No temas los desafíos. 

No le temas al enemigo. 

No temas las malas noticias. 


Por lo cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo. No tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado en Jehová.” –Salmo 112: 6-7 

 

A continuación, el ángel dijo: "Os traigo buenas nuevas" - ¡BUENAS NUEVAS! ¿Cuánto tiempo había pasado desde que los judíos habían escuchado buenas noticias? ¿Qué tan hambrientas crees que estaban sus almas de escucharlas?  

 

"Como el agua fría al alma sedienta, Así son las buenas nuevas de lejanas tierras." –Proverbios 25:25 

 

¿Cuáles fueron las buenas nuevas que trajo el ángel? 

 

que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” –Lucas 2:11  

 

Al leer con nuevos ojos estos familiares versículos, me di cuenta de que gracias a esa primera Navidad, tú y yo tenemos la bendición de vivir con buenas nuevas todos los días de nuestra vida. ¡Jesús es nuestra buena nueva! 

Todos los días Jesús está con nosotros- Emmanuel. 

Todos los días Jesús nos cuida - Pastor. 

Todos los días Jesús intercede por nosotros - Sumo Sacerdote. 

Todos los días Jesús se regocija sobre nosotros - Creador. 

Todos los días Jesús nos ama - Salvador. 

¡No puedo pensar en ninguna noticia mejor que ésa! 

 

Esta Navidad, oro para que nos recordemos a nosotros mismos y a los demás las buenas nuevas de Jesús, nuestro Salvador. 

 

"Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" -Lucas 2:13-14


Wednesday, September 30, 2020

To Me Or For Me? (¿Para mi o A mi?)

I’ve recently heard various famous people say that having a different mindset is vital for success, especially in this crazy year. They say it’s important to think that what happens in your life is happening “for” you, not happening “to” you. 

We’ve all experienced difficult things this year. In many ways it feels like circumstances have dictated decisions and experiences for us. 

For instance…
I was thinking about growing my hair long again…corona decided this was the year for it. 
I was hoping to find a part-time job in TX…corona decided that wasn’t a possibility. 
I was praying about a mission trip to Israel…corona decided that wasn’t happening in the near future. 
 
So I now have longer hair, no part-time job, and no international travel plans. I could feel angry and blame corona…or I could remember God’s view of my life. 
 
“…all the days ordained for me were written in your book before one of them came to be.” –Psalm 139:16

“In him we were also chosen, having been predestined according to the plan of him who works out everything in conformity with the purpose of his will….” –Ephesians 1:11
 
“And we know that in all things God works for the good of those who love him, who have been called according to his purpose.” –Romans 8:28
 
Our God is not only still in control of His world, He is still working out every crazy situation and difficult circumstance for the good of those who love Him. 
 
Somehow…He is. And someday we’ll see it clearly. Until then, even when it feels like things are happening “to” you, you can know that God is working out good things “for” you. 
 
Even with shaggy hair, no steady job, and inability to travel…I know that Jesus is always “for” me – no matter what!
 
And He is for you too! 
 
May that be the message we embrace, remind ourselves of, and encourage others with this year and every year until we see Him face to face. 
 
“What, then, shall we say in response to these things? If God is for us, who can be against us? He who did not spare his own Son, but gave him up for us all—how will he not also, along with him, graciously give us all things?” –Romans 31-32
 

¿Para mi o A mi?

 

Recientemente escuché a varios personajes famosos decir que tener una mentalidad diferente es vital para el éxito, especialmente en este año loco. Dicen que es importante pensar que lo que sucede en tu vida está sucediendo "para" ti, no "a" ti. 

 

Todos hemos experimentado cosas difíciles este año. En muchos sentidos, parece que las circunstancias nos han dictado decisiones y experiencias. 


Por ejemplo… 

 

Estuve pensando acerca de dejarme el cabello largo de nuevo...corona decidió que este era el año para hacerlo.  

 

Esperaba encontrar un trabajo de medio tiempo en Texas...corona decidió que ésa no era una posibilidad.  

 

Estuve orando por un viaje misionero a Israel...corona decidió que eso no iba a suceder en el futuro cercano. 

 

Así que ahora tengo el cabello más largo, no tengo trabajo de medio tiempo ni planes de viaje internacionales. Podría sentirme enojada y culpar a corona ... o podría recordar la voluntad de Dios para mi vida. 

 

“…en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.” -Salmo 139:16 

 

“En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,” –Ef. 1:11 

 

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” -Ro. 8:28 

 

Nuestro Dios todavía, no sólo tiene el control de Su mundo, sino que todavía está resolviendo cada situación loca y circunstancia difícil para el bien de aquellos que lo aman. 

  

De alguna manera…Él está ahí. Y algún día lo veremos con claridad. Hasta entonces, incluso cuando sientas que las cosas te están pasando "a" ti, puedes saber que Dios está obrando cosas buenas "para" ti. 

 

Incluso con el cabello desgreñado, sin trabajo fijo e imposibilidad para viajar…Sé que Jesús siempre está “para” mí, ¡pase lo que pase! 

  

¡Y Él también está para ti!  

 

Que ese sea el mensaje que abracemos, recordemos y con el que animemos a otros este año y cada año hasta que lo veamos cara a cara. 

 

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” -Ro. 8:31-32


Wednesday, July 29, 2020

Kings And Pawns (Reyes y Peones)

This week I was explaining to my friend’s daughter about the different pieces used in Chess – Knights, Castles, Bishops, Pawns, King and Queen. Most of us learn as kids that in the game of Chess there is a vast difference between a pawn and a king. I think now is a good time for us to re-learn this truth. 

These are difficult days as we see many bad things happening and hear many painful stories. It’s tempting to feel overwhelmed, discouraged, and weighed down. The good news is that we have a solid rock to stand on. We have an unchanging source of truth that lifts us above what we see and gives us an eternal perspective.

What is true? 

There is one Almighty King – the King of kings and Lord of Lords. His name is Jesus. 
There is an enemy at work in this world – but he is just a pawn. 
There is a vast difference between the King and a pawn.

Ephesians 1:11 says, “In him we were also chosen, having been predestined according to the plan of him who works everything in conformity with the purpose of his will.”

Even when what happens is bad, even when we and others experience pain – we have the comfort of knowing that somehow God is weaving every bit of it into His divine plan. 

The enemy is not all-powerful. He is evil, yes, but ultimately he is just a pawn who is subject to our omnipotent, marvelous, gracious, sovereign King.

I hope that comforts your heart today, as it does mine. I hope it gives you courage to face the darkness with faith and strength. I hope it renews hope, peace, and joy in your spirit. 

Our King is good. 
He overcomes evil with good.
He works all things for our good.
And He is accomplishing His good plans and purposes on this earth and for eternity. 

Hallelujah! 

"I saw heaven standing open and there before was a white horse, whose rider is called Faithful and True...His eyes are like blazing fire, and on his head are many crowns...On his robe and on his thigh he has this name written: King of kings and Lord of lords." Revelation 19:11, 16


Reyes y Peones 

Esta semana le estaba explicando a la hija de mi amigo sobre las diferentes piezas utilizadas en Ajedrez: Caballeros, Castillos, Alfiles, Peones, Rey y Reina. La mayoría de nosotros aprendemos de niños que en el juego de ajedrez hay una gran diferencia entre un peón y un rey. Creo que ahora es un buen momento para volver a aprender esta verdad. 

Estos son días difíciles ya que vemos muchas cosas malas que suceden y escuchamos muchas historias dolorosas. Es tentador sentirse abrumado, desanimado y agobiado. La buena noticia es que tenemos una roca sólida sobre la cual apoyarnos. Tenemos una fuente inmutable de verdad que nos eleva por encima de lo que vemos y nos da una perspectiva eterna. 

¿Qué es verdad?  

Hay un Rey Todopoderoso: el Rey de reyes y Señor de señores. Se llama Jesús. 
Hay un enemigo obrando en este mundo, pero él es solo un peón. 
Hay una gran diferencia entre el Rey y un peón. 

Efesios 1:11. “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.”

Incluso cuando lo que sucede es malo, o cuando nosotros y otros experimentamos dolor, tenemos el consuelo de saber que de alguna manera Dios está entretejiendo todo en Su plan divino. 

El enemigo no es todopoderoso. Él es malvado, sí, pero en última instancia es solo un peón que está sujeto a nuestro Rey omnipotente, maravilloso, amable y soberano.  

Espero que eso consuele hoy tu corazón, como lo hace el mío. Espero que te dé coraje para enfrentar la oscuridad con fe y fuerza.Que renueve la esperanza, la paz y la alegría en tu espíritu. 

Nuestro rey es bueno.  
Él vence el mal con el bien.  
Él obra en todas las cosas para nuestro bien. 
Y está cumpliendo sus buenos planes y propósitos en esta tierra y por la eternidad. 

¡Aleluya!

“Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama Fiel y Verdadero…Sus ojos resplandecen como llamas de fuego, y muchas diademas ciñen su cabeza…En su manto y sobre el muslo lleva escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.” –Apocalipsis 19:11, 12, 16

Wednesday, July 1, 2020

The Father's Heart (El Corazón del Padre)

"As a father has compassion on his children, so the LORD has compassion on those who fear him" (Psalm 103:13).

A few weeks ago, I was having a particularly difficult day. I had my music on shuffle and a song started playing that took me back to my teenage years in Colombia. It was a song my Bible teacher - and adopted dad - Mr. V, loved. Whenever I hear it, I think of him.

As the song played, I thought, "What would Mr. V say to me right now?"

Tears came to my eyes, even as words of encouragement came to my mind. I told myself, "I think he would say, 'Joanna, God is faithful. Remember all He's done for you, how He's carried you through. He'll bring you through this too.'"

Even though it's been more than 25 years since I've seen Mr. V (he was martyred in Colombia), I still knew what he would say to me. I still remember his father-heart. He had so much love that he shared with people, especially the missionary kids he served so well. Mr. V was an amazing expression of God's Father-heart.

Some people I know are blessed with a wonderful dad! Others, like me, grew up without a father. And some have experienced the heartache of a really bad earthly father. Regardless, we all want an incredible father to fill that place in our lives. There's something about the role of a father....

The good news is that Almighty God, the Holy One, the Sovereign LORD - has chosen to be our heavenly Father! Does that amaze you like it does me?

God didn't have to adopt us as His children. He could have just provided salvation and a relationship with Him as our Lord, Master, and Savior. But I think the eternal reality is that God IS the original Father. And so consistent with who He is, He created humans to live in family relationships, including a father role. While human fathers are imperfect, our heavenly Father is greater than any dad we can imagine!

Jesus said that He came to reveal the Father. Think about how much love, compassion, and commitment that shows!

God wants us to know Him as our Father - in that personal, real, safe, affirming, secure, fun, completely loved way that goes beyond being His servant, to being His beloved child!

It astounds me.
Knowing that I have someone who wants me to know Him - even more than I want to know Him.
Knowing that He wants me to know how loved I am - even more than I want to be loved.
Knowing that He is even more committed to me - than I long for Him to be.

How is your relationship with your heavenly Father? Does He feel distant? Is it hard to see Him as loving you unconditionally? Does He make you laugh? Can you climb up in His lap (metaphorically speaking) and just be held by Him?

I know for me, getting to know God more and more as my Father - my Abba, daddy - has been one of the greatest blessings I've experienced in my life. I ask Jesus often to continue to reveal the Father to me. I want to go deeper in knowing my Father's heart and enjoying this indescribable relationship with the great "I AM" - who has chosen to be my Abba.    


If it helps you, my friend and I have created a new video series called "From the Father's Heart" with brief but powerful messages about your heavenly Father and His heart for you. Below is the first video in our series. If you haven't seen it yet on our Facebook page or YouTube channel, I hope it'll bless and encourage you.

Let's keep drawing near to our Father - He's calling us, "Come near. Know me. Rest. Receive."



From the Father's Heart
"Loved"




  
El Corazón del Padre

“Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.” (Sal. 103:13)


Hace unas semanas, estaba teniendo un día particularmente difícil. Tenía mi música al azar y comenzó a sonar una canción que me llevó de regreso a mi adolescencia en Colombia. Era una canción que mi maestro de la Biblia, y papá adoptivo, el Sr. V, amaba. Cada vez que la escucho, pienso en él.

Mientras sonaba la canción, pensé: “¿Qué me diría el Sr. V eneste momento?”


Lágrimas vinieron a mis ojos, incluso cuando me vinieron a la mente palabras de aliento. Me dije a mí misma: “Creo que él diría: ‘Joanna, Dios es fiel. Recuerda todo lo que ha hecho por ti, cómo te ha llevado a través de las pruebas. Él también te ayudará a superar esto.’” Aunque han pasado más de 25 años desde que vi al Sr. V (fue martirizado en Colombia), aún sabía lo que me diría. Todavía recuerdo su corazón de padre. Tenía tanto amor que compartía con la gente, especialmente con los hijos de misioneros a quienes servía tan bien. El Sr. V fue una expresión asombrosa del corazón de Padre de Dios.
¡Algunas personas que conozco son bendecidas con un padre maravilloso! Otros, como yo, crecieron sin un padre. Y algunos han experimentado la angustia de un padre terrenal realmente malo. De todos modos, todos queremos un padre increíble para llenar ese lugar en nuestras vidas. Hay algo sobre el papel de un padre...

¡La buena noticia es que Dios Todopoderoso, el Santo, el Señor Soberano, ha elegido ser nuestro Padre celestial! ¿Eso te sorprende como a mí?


Dios no tenía que adoptarnos como Sus hijos. Pudo haber provisto la salvación y una relación con Él como nuestro Señor, Maestro y Salvador. Pero creo que la realidad eterna es que Dios ES el Padre original. Y tan coherente con quién es Él, creó a los humanos para vivir en relaciones familiares, incluido el papel de padre. Mientras que los padres humanos son imperfectos, ¡nuestro Padre celestial es más grande que cualquier padre que podamos imaginar!

Jesús dijo que vino a revelar al Padre. ¡Piensa en cuánto amor, compasión y compromiso muestra eso!

¡Dios quiere que lo conozcamos como nuestro Padre, de esa manera personal, real, certera, afirmativa, segura, divertida y completamente amada que va más allá de ser Su siervo, hasta ser Su hijo amado!

Me asombra.
Saber que tengo a alguien que quiere que Lo conozca, incluso más de lo que yo Lo quiero conocer.
Sabiendo que Él quiere que sepa lo amada que soy, incluso más de lo que quiero ser amada.
Sabiendo que está aún más comprometido conmigo, de lo que anhelo que sea.

¿Cómo es tu relación con tu Padre celestial? ¿Se siente distante? ¿Es difícil verlo amándote incondicionalmente? ¿Te hace reír? ¿Puedes subir a Su regazo (metafóricamente hablando) y simplemente ser sostenido por Él?

Lo sé por mí, conocer a Dios cada vez más como mi Padre, mi Abba, papá, ha sido una de las mayores bendiciones que he experimentado en mi vida. A menudo le pido a Jesús que continúe revelándome al Padre. Quiero profundizar en conocer el corazón de mi Padre y disfrutar de esta indescriptible relación con el gran “YO SOY,” que ha elegido ser mi Abba.


Si te ayuda, mi amiga y yo hemos creado una nueva serie de videos llamada “Del corazón del padre” con breves pero poderosos mensajes sobre tu Padre celestial y Su corazón para ti. A continuación se muestra el primer video de nuestra serie. Si aún no lo has visto en nuestra página de Facebook o en nuestro canal de YouTube, espero que te bendiga y te anime. (Solo en Inlglés.)

Sigamos acercándonos a nuestro Padre: nos está llamando, “Acércate. Conóceme. Descansa. Recibe.”

Thursday, June 4, 2020

God of All (Dios de Todos)

Today I wanted to share something I wrote many years ago, but it feels very relevant today. 

I’m so thankful that our God never changes! He loves every person. He sent Jesus to die for the WORLD. And He delights in being the God of all who call to Him. 


May we understand and express more of His heart to those around us.



God of All

When I was a kid, I thought of God as “American.” I imagined that English was His “first language,” and that somehow He belonged to America. Then an unexpected meeting with a total stranger helped me to see God as He really is—a global God, the God of all who choose to call on Him.    

After college I volunteered at a school for missionary children in Mexico. I lived in a big city, and I was surrounded with American friends and co-workers. So it was easy to keep an American mindset.

Then one day I got a surprise offer from our missionary pilot. “How would you like to visit the missionaries in the Tepehuan tribe this week?” One of the pilots was making a quick flight out to the village to drop off supplies for the missionaries, and there was room for me and one of my friends to ride along. I was excited and jumped at the chance!

My friend and I left school early on Thursday afternoon and headed to the airport. While the pilot finished loading the little six-seater plane, we climbed in and buckled our seat belts. After praying for a safe flight, we taxied out on the runway and took off for the mountains. 

As we flew, I watched the scenery below us change from high desert to deep canyons to mountains covered with pine trees. Shortly before dark, the pilot skillfully landed on the rugged, grass airstrip at the mountain village. The missionaries were waiting to welcome us. We piled into their van and endured a bumpy ride over the dirt “road” to their house. It was too late to visit any of the Tepehuan people, so we ate dinner and turned in early.

The next morning I saw that the four missionary houses were built on opposite sides of a little creek that wound through the hills. Evergreens and pine trees dotted the landscape. The beautiful scenery was a refreshing change from city life, but the best part of our trip was still to come.   

After breakfast, it was time to go visiting. We set out on a short hike to one of the neighboring Tepehuan homes. We followed the creek upstream for a while, squeezed between the strands of a barbed wire fence, walked across a small meadow, and arrived at the home of Manuela. Through the friendship and teaching of the missionaries, Manuela had recently accepted Jesus as her Savior. 

As we approached Manuela’s house, the missionary ladies called out, “Baiga!” (Hello!) I tried to imitate their greeting, as Manuela came out. She was a small Tepehuan lady with tan, wrinkled skin and work-worn hands.  

“Baiga!” she replied. She received us into her home with a sweet smile and friendly handshake. 

We sat down on rough wooden chairs, and I looked around the small house, with mud-brick walls and a dirt floor. The one big room in the house contained two makeshift beds, a few chairs, and a small stove for cooking. There was no electricity or running water. Manuela was busy sweeping her dirt floor, but her bright smile showed she was happy to have us visit her. We listened as the missionary ladies chatted with her in Tepehuan. They translated for us as they talked. 

At one point, Manuela looked embarrassed, and she said, “You must think my house is very dark and dirty.” 

My friend and I assured her that we were delighted to be there. Then I said, “It’s a great privilege for me to meet you, because you are my sister in Christ.” When she heard the missionaries share those words, she seemed to relax. Then we joked that when we’re all in heaven we won’t have to sweep the streets of gold. Manuela smiled and laughed with us.  

Soon it was time to go. The missionary pilot would be waiting for us at the airstrip for our return flight. Our visit seemed too short. I wished I could stay longer and get to know Manuela better. 

As we rose to leave, I looked at her kind face. I no longer saw a woman who spoke a different language and lived in a tiny house far different from mine. I saw a woman who loves Jesus, who is a child of God, and who is walking by faith each day in her tiny village in the mountains. I left her home knowing I’d probably never see her again on earth. But I felt so thankful for the experience of meeting her and the insight I had gained from knowing her even briefly.

That day I understand that God is not “American.” He is GOD. He knows and loves every person, in every circumstance, in every corner of the world! 

For me, God speaks English. For Manuela, He speaks Tepehuan. For each of our brothers and sisters around the world, God speaks their heart language and knows them perfectly. 

He is God of all! 

No matter the differences that exist between us, I'm so glad I can call Manuela my sister. And one day I’ll meet her again, and we’ll rejoice together that there are no dirt floors to sweep in heaven! 

"For God so loved the world that he gave his one and only Son, that whoever believes in him shall not perish but have eternal life." -John 3:16  



Dios de Todos


Hoy quería compartir algo que escribí hace muchos años, pero que hoy se siente muy relevante.

¡Estoy tan agradecida de que nuestro Dios nunca cambia! El ama a cada persona. Envió a Jesús a morir por el MUNDO. Y se deleita en ser el Dios de todos los que lo llaman.

Que entendamos y expresemos más de Su corazón a quienes nos rodean.


Dios de Todos

Cuando era niña, pensaba en Dios como “estadounidense.” Imaginé que el inglés era su “primer idioma,” que de alguna manera pertenecía a Estados Unidos. Luego, una reunión inesperada con un total extraño me ayudó a ver a Dios como realmente es: un Dios global, el Dios de todos los que eligen invocarlo.

Después de la universidad, fui voluntaria en una escuela para niños misioneros en México. Vivía en una gran ciudad y estaba rodeada de amigos y compañeros de trabajo estadounidenses. Así que fue fácil mantener una mentalidad estadounidense.

Entonces, un día recibí una oferta sorpresa de nuestro piloto misionero. “¿Qué te parece visitar a los misioneros en la tribu Tepehuan esta semana?” Uno de los pilotos iba a hacer un rápido vuelo a la aldea para dejar suministros para los misioneros, y había espacio para que una de mis amigas y yo lo acompañáramos. ¡Estaba emocionada y aproveché la oportunidad!

Mi amiga y yo salimos de la escuela temprano el jueves por la tarde y nos dirigimos al aeropuerto. Mientras el piloto terminaba de cargar el pequeño avión de seis puestos, subimos y nos abrochamos los cinturones de seguridad. Después de orar por un vuelo seguro, salimos de la pista y partimos hacia las montañas.

Mientras volábamos, yo veía el paisaje debajo de nosotros cambiar de desierto alto a cañones profundos y a montañas cubiertas de pinos. Poco antes del anochecer, el piloto aterrizó hábilmente en la pista de aterrizaje de hierba en el pueblo montañoso. Los misioneros estaban esperando para darnos la bienvenida. Nos subimos a su camioneta y soportamos un viaje lleno de baches por el camino de tierra hasta su casa. Era demasiado tarde para visitar a cualquiera de los tepehuanos, así que cenamos y nos acostamos temprano.

A la mañana siguiente, vi que las cuatro casas misioneras estaban construidas en lados opuestos de un pequeño arroyo que atravesaba las colinas. Árboles de hojas perennes y pinos salpicaban el paisaje. El hermoso panorama fue un cambio refrescante de la vida de la ciudad, pero la mejor parte de nuestro viaje aún estaba por venir.

Después del desayuno, era hora de ir a visitar. Partimos en una corta caminata a una de las casas vecinas de Tepehuan. Seguimos el arroyo río arriba por un tiempo, nos metimos entre los huecos de una cerca de alambre de púas, cruzamos un pequeño prado y llegamos a la casa de Manuela. A través de la amistad y la enseñanza de los misioneros, Manuela había aceptado recientemente a Jesús como su Salvador.

Cuando nos acercamos a la casa de Manuela, las damas misioneras gritaron: “¡Baiga!” (¡Hola!) Traté de imitar su saludo, cuando salió Manuela. Era una pequeña dama tepehuana con piel bronceada y arrugada y manos desgastadas por el trabajo.

“¡Baiga!” respondió amistosamente. Nos recibió en su casa con una dulce sonrisa y un amistoso apretón de manos.

Nos sentamos en toscas sillas de madera y miré alrededor de la pequeña casa, con paredes de adobe y piso de tierra. La única habitación grande de la casa contenía dos camas improvisadas, algunas sillas y una pequeña estufa para cocinar. No había electricidad ni agua corriente. Manuela estaba ocupada barriendo su piso de tierra, pero su brillante sonrisa mostraba que estaba feliz de que la visitáramos. Escuchamos mientras las damas misioneras conversaban con ella en Tepehuan. Traducían para nosotras mientras hablaban. 

En un momento, Manuela pareció avergonzada y dijo: “Deben pensar que mi casa está muy oscura y sucia.”

Mi amiga y yo le aseguramos que estábamos encantadas de estar allí. Luego dije: “Es un gran privilegio para mí conocerte, porque eres mi hermana en Cristo.” Cuando escuchó a las misioneras compartir esas palabras, pareció relajarse. Luego bromeamos diciendo que cuando estemos todas en el cielo no tendremos que barrer las calles de oro. Manuela sonrió y se rió con nosotras. 

Pronto llegó el momento de irnos. El piloto misionero nos estaría esperando en la pista de aterrizaje para nuestro vuelo de regreso. Nuestra visita pareció demasiado corta. Deseaba poder quedarme más tiempo y conocer mejor a Manuela. 

Cuando nos levantamos para irnos, miré su amable rostro. Ya no veía a una mujer que hablaba un idioma diferente y vivía en una casa pequeña muy diferente a la mía. Vi a una mujer que ama a Jesús, que es una hija de Dios, y que camina por fe todos los días en su pequeño pueblo en las montañas. La dejé en casa sabiendo que probablemente nunca la volvería a ver en la tierra. Pero me sentí muy agradecida por la experiencia de conocerla y por la comprensión que había obtenido al conocerla aunque fuera brevemente. 

Desde ese día entiendo que Dios no es “estadounidense.” Él es Dios. ¡Conoce y ama a todas las personas, en todas las circunstancias, en todos los rincones del mundo! 

Para mí, Dios habla inglés. Para Manuela, habla Tepehuan. Para cada uno de nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo, Dios habla el idioma de su corazón y los conoce perfectamente. 

¡Él es Dios de todos!

No importa las diferencias que existan entre nosotras, estoy muy contenta de poder llamar a Manuela mi hermana. ¡Y un día la volveré a ver, y nos alegraremos de que no haya pisos de tierra para barrer en el cielo! 

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” -Juan 3:16

Wednesday, May 6, 2020

He Set Me Free (Él Me Liberó)

Today I wanted to share a fictional piece I wrote based on Acts 16. I hope it encourages you. Jesus is still setting people free, praise Him!  

"So if the Son sets you free, you will be free indeed." -John 8:36


Set Free By Prisoners

Until recently, I was the chief jailer at Philippi. I used to despise the prisoners in the jail. They were unworthy, undeserving criminals. What I didn’t realize is that I was also a prisoner – a prisoner of sin.

Then one night something happened that changed my life forever. The city leaders had brought in two men, Paul and Silas. The leaders warned me strictly to watch these men carefully. So I took every precaution to prevent any escape. I figured after the beating they had received, they wouldn’t have the strength to try to escape, but I wasn’t taking any chances. I fastened them in the stocks in an inner cell of the jail.

Late that night I felt restless, with a sense of foreboding. Why had those high-risk prisoners come to my jail? My job was hard enough without worrying about the wrath of the city leaders if I made any mistake. 

I finally fell asleep, with my sword still strapped to my side. 

Suddenly, I was awakened by the earth shaking violently! I was tossed to the floor. I grasped for something to hold onto as the earth rumbled beneath me. I couldn’t see anything, but I threw my arms over my head to protect myself as some objects fell on me. After what seemed like forever, the shaking finally ceased. 

I tried to catch my breath and calm my beating heart. Then I thought about the jail! What if the walls had crumbled and the prisoners had escaped? I pushed myself up and rushed to the jail. All I could see in the darkness was that the prison doors were open! 

If the prisoners had escaped, there was nothing I could do. I drew my sword so I could end my life quickly, instead of suffering the wrath and disgrace I would receive. 

Just as I was about to plunge the sword into my chest, I heard a loud voice call out, “Do not harm yourself! We are all here.” 

Could it be true? I yelled for lights to be brought! As I waited to see what scene would be illuminated, my mind bounced from hope to fear and back again.

At last the torches were lit, and as light dispelled the darkness, I stood there stunned. 

The doors of all the cells were open, everyone’s chains had fallen off…but all the prisoners were still in the jail! 

The man who had spoken was Paul. I fell trembling at his feet, deeply aware that he was no ordinary man. He had the favor of a powerful God. 

“Sir, what must I do to be saved?” I asked. Somehow I knew he would tell me the truth my soul longed to hear. 

His answer was simple. “Believe on the Lord Jesus Christ, and you will be saved.” 

I lifted my eyes to his, and faith was born in my heart. At that moment I believed! 

That very night I awoke my family and told them about Jesus. They also believed! I brought Paul and Silas out and cleaned their wounds. Then we were all baptized by Paul. 

That strange night, it was because of a prisoner that we were all set free!

Paul and Silas were officially released the next day. They encouraged us, as our small group of believers gathered together. Then the Jesus-proclaimers moved on to another town to continue sharing the good news of freedom from sin. 

Now, I am no longer the jailer in Philippi. Instead of guarding people in prison, I reach out to those who are prisoners of sin. I tell them about Jesus, and how He can set their souls free!

(From the jailer's story in Acts 16.)




Él Me Liberó

Hoy quería compartir una pieza ficticia que escribí basada en Hechos 16. Espero que te anime. Jesús todavía está liberando a la gente, ¡alabado sea!

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” -Juan 8:36

Liberado Por Prisioneros

Hasta hace poco, era el jefe carcelero de Filipos. Solía ​​despreciar a los prisioneros en la cárcel. Eran criminales despreciables e indignos. Lo que no me daba cuenta es que yo también era un prisionero, un prisionero del pecado.

Entonces, una noche sucedió algo que cambió mi vida para siempre. Los líderes de la ciudad habían traído a dos hombres, Pablo y Silas. Los líderes me advirtieron estrictamente que vigilara a estos hombres cuidadosamente. Así que tomé todas las precauciones para evitar cualquier escape. Pensé que después de la paliza que habían recibido, no tendrían la fuerza para tratar de escapar, pero no estaba tomando ningún riesgo. Los até a los cepos en una celda interior de la cárcel.

Esa noche ya tarde me sentí inquieto, con un presentimiento. ¿Por qué esos presos de alto riesgo vinieron a mi cárcel? Mi trabajo era bastante difícil sin preocuparme por la ira de los líderes de la ciudad si cometía algún error.

Finalmente me quedé dormido, con mi espada todavía atada a mi costado.

De repente, ¡fui despertado por un violento temblor de tierra! Me arrojó al suelo. Agarré algo a lo que aferrarme mientras la tierra retumbaba debajo de mí. No podía ver nada, pero agarré mi cabeza con los brazos para protegerme mientras algunos objetos caían sobre mí. Después de lo que pareció una eternidad, el temblor finalmente cesó.

Traté de recuperar el aliento y calmar mi corazón latiente. Entonces ¡pensé en la cárcel! ¿Y si las paredes se hubiesen derrumbado y los prisioneros hubieran escapado? Me levanté y corrí a la cárcel. ¡Todo lo que pude ver en la oscuridad fue que las puertas de la prisión estaban abiertas!

Si los prisioneros habían escapado, no había nada que pudiera hacer. Desenvainé mi espada para poder terminar mi vida rápidamente, en lugar de sufrir la ira y la desgracia que recibiría.

Justo cuando estaba a punto de hundir la espada en mi pecho, escuché una voz fuerte que decía: “¡No te hagas daño! Todos estamos aquí."

¿Podría ser verdad? ¡Grité para que trajeran luces! Mientras esperaba ver qué escena se iluminaría, mi mente rebotaba de la esperanza al miedo y regresaba de nuevo.

Finalmente, las antorchas se encendieron y cuando la luz disipó la oscuridad, me quedé atónito.

Las puertas de todas las celdas estaban abiertas, las cadenas de todos se habían caído ... ¡pero todos los prisioneros aún estaban en la cárcel!


El hombre que había hablado era Pablo. Caí temblando a sus pies, profundamente consciente de que no era un hombre común. Tenía el favor de un Dios poderoso.

“Señor, ¿qué debo hacer para ser salvo?" Pregunté. De alguna manera sabía que él me diría la verdad que mi alma anhelaba escuchar.


Su respuesta fue sencilla. "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo."
Levanté mis ojos a los suyos, y la fe nació en mi corazón. ¡En ese momento creí!

Esa misma noche desperté a mi familia y les conté sobre Jesús. ¡También creyeron! Saqué a Pablo y Silas y les limpié las heridas. Entonces todos fuimos bautizados por Pablo.

Esa extraña noche, ¡fue por un prisionero que todos fuimos liberados!

Pablo y Silas fueron liberados oficialmente al día siguiente. Nos animaron, mientras nuestro pequeño grupo de creyentes se reunía. Luego, los proclamadores de Jesús se mudaron a otra ciudad para continuar compartiendo las buenas nuevas de la libertad del pecado.

Ahora, ya no soy el carcelero en Filipos. En lugar de vigilar a las personas en prisión, me acerco a aquellos que son prisioneros del pecado. ¡Les cuento sobre Jesús y cómo Él puede liberar sus almas!

(Basado en la historia del carcelero en Hechos 16.)