My friend’s little girl said to me one day, “You know a lot.” I had to smile, because sometimes I feel like I do know a lot. If you get me started talking about writing or health or missions or hallmark movies, I can certainly share a wealth of knowledge (or at times an abundance of opinions). =)
The fact is that I actually do not know much – compared to all that there is to know. I’ve spent many years of my life wanting to know more things…things about health, ministry, leadership; things about circumstances, relationships, eternal mysteries, etc. It's wonderful to have a love for learning, and I hope I always do. However, at times I feel overwhelmed by all that I don’t know that I want to know.
After years of struggling, I’m finally learning something I wish I’d understood years ago. I’m learning that at times there is freedom in not knowing.
When Eve was tempted in the garden of Eden, Satan promised her she would be like God, “knowing good and evil.” I guess Eve wanted to know more too. But in that situation, she didn’t need to know more. In fact, it was not good for her to know more. She knew everything she needed to know in order to fulfill God’s purpose for her life.
I’m learning that sometimes God doesn’t want me to know more about a certain situation or question or mystery. Sometimes, I already know everything I need to know in order to enjoy Him and fulfill His purpose for my life. Sometimes, accepting that I don’t know, and it should be that way, actually takes a burden off my shoulders and leads to freedom.
If you have no idea what I’m talking about, that’s ok. =) But I’m guessing there are some things in your life that you’ve been asking and asking God about…and He hasn’t given you any more knowledge about them for years. Perhaps you already know everything you need to know. Perhaps not knowing anything more is His gift to you.
Of course, I believe we can and should always seek to know more about God – about who He is and how He works in our lives. He is infinite, so there are infinite things to know about Him. And every new discovery about Him is another treasure that enriches our lives.
But in this finite world, in the circumstances of our lives, sometimes the hunger to know more is actually pulling us away from God instead of toward Him. And I think that’s a good way to recognize when to keep asking, and when to rest in not knowing.
Frankly, I’m very grateful for not knowing all the things that I was never supposed to know. It’s like never seeing a movie that everyone later tells you was a waste of time. There are a lot of movies I’m glad I never saw. =) And I’m thankful for God’s grace to me every time I’ve wasted time and energy trying to know things I didn’t need to know. I'm learning to trust Him with not knowing certain things, because of what I do know.
What I do know –
God is good.
God loves me.
God always has my best in mind.
The Holy Spirit is faithful to lead me into all truth.
God knows everything.
I don’t.
And for that, I’m glad.
What about you?
“Then you will know that I am the LORD; those who hope in me will not be disappointed.” -Isaiah 49:23c
Sin saber
La hijita de mi amiga me dijo un día: "Sabes mucho." Tuve que sonreír, porque a veces siento que sé mucho. Si me haces comenzar a hablar sobre escritura, salud, misiones o diversas películas, ciertamente puedo compartir una gran cantidad de conocimientos (o, a veces, una abundancia de opiniones). =)
El hecho es que en realidad no sé mucho, en comparación con todo lo que hay que saber. He pasado muchos años de mi vida queriendo saber más cosas ... cosas sobre salud, ministerio, liderazgo; cosas sobre circunstancias, relaciones, misterios eternos, etc. Es maravilloso tener amor por el aprendizaje, y espero que siempre lo tenga. Sin embargo, a veces me siento abrumada por todo lo que no sé, que quiero saber.
Después de años de lucha, finalmente estoy aprendiendo algo que desearía haber entendido hace años. Estoy aprendiendo que a veces hay libertad en no saber.
Cuando Eva fue tentada en el jardín del Edén, Satanás le prometió que sería como Dios, "conociendo el bien y el mal". Supongo que Eva también quería saber más. Pero en esa situación, no necesitaba saber más. De hecho, no era bueno para ella saber más. Sabía todo lo que necesitaba saber para cumplir el propósito de Dios para su vida.
Estoy aprendiendo que a veces Dios no quiere que sepa más sobre una determinada situación, pregunta o misterio. A veces, ya sé todo lo que necesito saber para disfrutarlo y cumplir Su propósito para mi vida. Otras veces, aceptar que no sé, y debería ser así, me quita una carga de encima y me lleva a la libertad.
Si no tienes idea de lo que estoy hablando, está bien. =) Pero supongo que hay algunas cosas en tu vida por las que has estado preguntando y preguntando a Dios...y Él no te ha dado más conocimiento sobre ellas durante años. Quizás ya sepas todo lo que necesitas saber. Quizás no saber nada más es su regalo para ti.
Por supuesto, creo que siempre podemos y debemos buscar saber más acerca de Dios, acerca de quién es Él y cómo obra en nuestras vidas. Él es infinito, por lo que hay infinitas cosas que saber acerca de Él. Y cada nuevo descubrimiento sobre Él es otro tesoro que enriquece nuestras vidas.
Pero en este mundo finito, en las circunstancias de nuestra vida, a veces el hambre de saber más en realidad nos aleja de Dios en lugar de acercarnos a Él. Y creo que es una buena manera de reconocer cuándo seguir preguntando y cuándo descansar sin saber.
Francamente, estoy muy agradecida por no saber todas las cosas que se suponía que nunca debería saber. Es como no haber visto nunca una película que luego todo el mundo te diga que fue una pérdida de tiempo. Hay muchas películas que me alegro de no haber visto nunca. =) Y estoy agradecida por la gracia de Dios hacia mí cada vez que he perdido tiempo y energía tratando de saber cosas que no necesitaba saber. Estoy aprendiendo a confiar en Él sin saber ciertas cosas por lo que ya sé.
Lo que yo sé –
Dios es bueno.
Dios me ama.
Dios siempre tiene en mente lo mejor para mí.
El Espíritu Santo es fiel para guiarme a toda la verdad.
Dios sabe todo.
Yo no.
Y por eso, me alegro.
¿Y tú?
“y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí”. -Isaías 49:23c
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