What a difficult, painful year it’s been for me. And I know I’m not the only one.
I was recently blessed to spend a few days with some friends who were just present with me – listening, accepting, being. I shared much of my long, complicated, hard to understand story with them. And they didn’t try to categorize, label, or judge my experiences, character, or choices. They graciously listened, showed kindness, and gave me the gift of being seen, heard, accepted, and loved.
In this crazy, mixed-up world we live in, I think too often we want to categorize and label everything out of desperation to make sense of things. And I’m not against having clear distinctions of right from wrong and good from evil. Praise God that He has given us the truth we need to recognize such things.
But there are some things in life that can’t be easily classified as “right” or “wrong”…some things are neutral, or complicated, or a mix of both right and wrong.
So, what do we do with those? What do we do with people who share stories we can’t relate to or understand? How do we respond when their experience isn’t something we can categorize or label?
Oh, how I hope we do not give in to the temptation to judge! …though I’m sad to say I have done so on too many occasions. And I’ve been on the receiving end of unjust judgement from others too many times as well. Both things make me feel sad. Because that is not God’s heart! His heart is one of kindness, acceptance, and grace. His heart is one of unconditional love and never-failing affection for His precious children – no matter our circumstances, experiences, or choices.
We are His beloved ones. Always.
When we’re tempted to judge someone or something we can’t understand, I pray we’ll remember the following words from God’s heart, through the Apostle Paul, who also experienced both sides of unjust judgement.
“Who are you to judge someone else’s servant? To their own master, servants stand or fall. And they will stand, for the Lord is able to make them stand.” –Romans 14:4
“You then, why do you judge your brother or sister? Or why do you treat them with contempt? For we will all stand before God’s judgement seat…so then each of us will give an account of ourselves to God.” –Romans 14:10, 12
“Let us therefore make every effort to do what leads to peace and to mutual edification.” –Romans 14:19
“Accept one another, then, just as Christ accepted you, in order to bring praise to God.” –Romans 15:7
God is the only one with the right, wisdom, and perfection to judge accurately every single time. As limited human beings, we must be more cautious in how and what we judge. Now is definitely a time for us to take a stand against evil, lies, and deception. But I hope in the process that we do not misjudge people, for each one is loved and was died for by Jesus.
And for those who are our brothers and sisters in Christ? I pray we’ll remember that God has already judged each of us as righteous because of Jesus. He is our Master. Before Him we will all stand.
If you’ve been on the receiving end of unjust criticism, labeling, or judgement from others, I’m so sorry! I wish, as God’s children, that we could always show kindness, acceptance, and grace to each other. Alas, none of us are perfect, and we still mess up at times. But I hope you can know and remember God’s heart toward you.
His heart is one of –
complete understanding – you don’t have to explain yourself to Him,
perfect love – you can’t do anything to make Him love you less,
unending grace – He will never stop showing you kindness,
and so much more!
And those people in our lives who may judge too quickly or unjustly…they also need kindness, acceptance, and grace. Even if they never recognize when we’re giving it to them. Many of them have good motives, they just don’t understand. Others are responding out of their own hurt, insecurities, or fears. They need us to demonstrate God’s grace to them as much as we wish they’d show it to us.
What a beautiful Savior we have! I’m so thankful for Jesus’ perfect love and grace. May He keep working in each of us the healing we need, so that we can receive more of His grace and extend more of it to one another.
Perspective
They don’t understand –
how could they?
They weren’t there,
they didn’t see, hear, feel
what it was like.
They can’t compare what they know
to what they don’t know.
They don’t understand –
and I’m thankful
that they don’t know,
that they haven’t suffered
like I have.
They can’t imagine what it’s like,
and that’s a good thing.
They don’t understand –
but they do care.
They want to help,
they try to make things better,
even when they can’t.
They may hurt instead of help,
but their hearts are true.
They don’t understand –
and it’s ok.
I’m not alone,
my Savior knows, sees, understands
every single thing.
He gives grace to me, to them,
and that’s enough for me.
Bondad, Aceptación, Gracia
Qué año tan difícil y doloroso ha sido para mí. Y sé que no soy la única.
Recientemente tuve la suerte de pasar unos días con algunas amigas que estaban presentes conmigo, escuchando, aceptando, estando. Compartí gran parte de mi larga, complicada y difícil historia con ellas. Y no intentaron categorizar, etiquetar o juzgar mis experiencias, carácter o elecciones. Ellas escucharon atentamente, mostraron amabilidad y me dieron el don de ser vista, escuchada, aceptada y amada.
En este mundo loco y confuso en el que vivimos, creo que con demasiada frecuencia queremos categorizar y etiquetar todo por desesperación por dar sentido a las cosas. Y no estoy en contra de tener una clara distinción entre lo bueno y lo malo y el bien del mal. Alabado sea Dios porque nos ha dado la verdad que necesitamos para reconocer tales cosas.
Pero hay algunas cosas en la vida que no se pueden clasificar fácilmente como “correctas” o “incorrectas” ... algunas son neutrales o complicadas, o una mezcla de bien y mal.
Entonces, ¿qué hacemos con ellas? ¿Qué hacemos con las personas que comparten historias con las que no podemos relacionarnos o comprender? ¿Cómo respondemos cuando su experiencia no es algo que podamos categorizar o etiquetar?
¡Oh, cuánto espero que no cedamos a la tentación de juzgar! ... aunque me entristece decir que lo he hecho en demasiadas ocasiones. Y también he estado recibiendo juicios injustos de otros, muchas veces. Ambas cosas me entristecen. ¡Porque ese no es el corazón de Dios! Su corazón es de bondad, aceptación y gracia. De amor incondicional y afecto constante por Sus preciosos hijos, sin importar nuestras circunstancias, experiencias o elecciones.
Somos sus amados. Siempre.
Cuando nos sentimos tentados a juzgar a alguien o algo que no podemos entender, oro para que recordemos las siguientes palabras del corazón de Dios, a través del apóstol Pablo, quien también experimentó ambos lados del juicio injusto.
“¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.” -Ro. 14:4
“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo…De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.” -Ro. 10,12
“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.”-Ro. 14:19
“Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.” -Ro.15:7
Dios es el único que tiene el derecho, la sabiduría y la perfección para juzgar con precisión cada vez. Como seres humanos limitados, debemos ser más cautelosos en cómo y qué juzgamos. Definitivamente, ahora es el momento para que tomemos una posición contra el mal, la mentira y el engaño. Pero espero que en el proceso no juzguemos mal a las personas, porque cada uno es amado y por quien Jesús murió.
¿Y para aquellos que son nuestros hermanos y hermanas en Cristo? Oro para que recordemos que Dios ya nos ha juzgado a cada uno de nosotros como justos gracias a Jesús. Él es nuestro Maestro. Delante de Él todos compareceremos.
Si has estado recibiendo críticas injustas, te han etiquetado o juzgado, ¡lo siento mucho! Deseo, como hijos de Dios, que siempre podamos mostrar bondad, aceptación y gracia los unos a los otros. Por desgracia, ninguno de nosotros es perfecto y todavía nos equivocamos a veces. Pero espero que puedas conocer y recordar el corazón de Dios hacia ti.
Su corazón es uno de...
comprensión completa – no tienes que explicarte para Él,
amor perfecto – no puedes hacer nada para que Él te ame menos,
gracia infinita – Él nunca dejará de mostrarte bondad,
y mucho más!
Y aquellas personas en nuestras vidas que pueden juzgar demasiado rápido o injustamente… también necesitan bondad, aceptación y gracia. Incluso si nunca reconocen cuando se las estamos dando. Muchos de ellos tienen buenos motivos, simplemente no entienden. Otros están respondiendo por su propio dolor, inseguridades o miedos. Necesitan que les demostremos la gracia de Dios tanto como deseamos que nos la muestren.
¡Qué hermoso Salvador tenemos! Estoy muy agradecida por el perfecto amor y la gracia de Jesús. Que Él siga obrando en cada uno de nosotros la curación que necesitamos, para que podamos recibir más de Su gracia y extenderla más unos a otros.
Perspectiva
No entienden –
¿cómo podrían?
no estaban allí
no vieron, no escucharon, no sintieron
como fue.
No pueden comparar lo que saben
con lo que no saben.
No entienden –
y estoy agradecida
de que no saben,
porque no han sufrido
como yo.
No pueden imaginarse cómo es
y eso es bueno.
No entienden –
pero les importa.
Quieren ayudar
intentan mejorar las cosas,
incluso cuando no pueden.
Pueden lastimar en lugar de ayudar,
pero sus corazones son sinceros.
No entienden –
y está bien.
No estoy sola,
mi Salvador sabe, ve y comprende
cada cosa.
Él me da gracia a mí, a ellos,
y eso es suficiente para mí.
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